Lección aprendida No 5: Contratación de estrellas
Por: Hilda Ruth Flores Muñoz
Leí un artículo de la Universidad de Harvard sobre "No contratar estrellas". Hace alusión a que una estrella se debe un 30% a su propio mérito y un 70% a los procesos, infraestructura y organización de la institución donde trabaja. Muchas estrellas que migran a otro trabajo, fracasan, principalmente por la adaptación a la cultura organizacional.
El artículo promueve el desarrollo de estrellas locales, en lugar de la importación. Respalda sus recomendaciones en evidencia de grandes empresas de Estados Unidos, donde el importar estrellas trajo más perjuicios que beneficios.
Escasamente recomiendan crear las condiciones para que las estrellas importadas triunfen: generando mayores plazos, promoviendo su integración a la cultura organizacional, apoyando desde el liderazgo y generando una adecuada gestión del cambio.
Desde el punto de vista de la empresa que contrata, tiene mucho sentido el desarrollo de las propias estrellas. Aunque es una estrategia de largo plazo. Se validan los argumentos que el éxito de la estrella se debe, en gran parte, al ambiente de la empresa que la aloja.
Desde el punto de vista de la estrella que es contratada, tiene sentido que, sin el apoyo adecuado, la integración en una nueva empresa fracasará, incumpliendo expectativas.
Entonces, ¿contratar estrellas o desarrollarlas? Ambas respuestas son correctas y dependen del contexto, si queremos acelerar o incubar respectivamente. En ambos casos, no puede analizarse a la "estrella" como sujeto aislado, sino en su ambiente, en el que se ha desarrollado y en el que se le pide que se desarrolle. Asegurémonos que la estrella en cuestión aporte su 30% de capacidad y actitud; pero también asegurémonos que la empresa aporte el 70% en la gestión estratégica del talento humano.
Comentarios
Publicar un comentario